25.12.10
And so this is Christmas
Verlo a mi hermano contando los días que faltaban para Navidad desde hace semanas y después la cuenta regresiva de "Falta una hora y treinta y seis minutos para las doce" me hizo pensar sobre la Navidad. El hecho de saber que Papa Noel no es un viejo gordo que vive en el Polo Norte sino que tiene el nombre de Abuela, Mamá y Tías, le quita bastante emoción. Todavía más si sabes que es el regalo, como en los últimos años. Es por eso que pedí que no me dijeran nada. Era una clase de experimento para ver si la Navidad volvía a tener el brillo de hace unos años. En cierta forma había funcionado, me intrigaba demasiado saber que eran. "Material girls" nos autodefinimos con Steph.. Podríamos decir que nuestras Navidades nunca fueron muy numerosas, pero la de este año fue la más pequeña de todas. Desde hace unos años que sueño con irme a vivir lejos, sola. Una vida bastante al estilo Carrie Bradshaw. Pasar una Navidad con amigos. Pero debe sentirse demasiado vacío. Me enseñaron que estas fechas se las pasa en Familia. Siempre cocinamos juntos, armamos el arbol juntos. Eramos once personas tratando de poner la estrella en la punta del arbolito. Pero este año no fue así. La misma mesa de siempre, pero con la mitad de personas. El mismo arbol de siempre, pero le faltaba brillo. La misma comida de siempre, pero no era 'la misma'. Se sintió tan vacío. Dar solamente cinco besos, cinco abrazos. Levanté la copa para brindar y pensé 'Por Delfi!' y mi abuela dijo 'Por nosotros y por los que faltan' Ella sabía lo que había estado pensando. Y después de los cohetes, el brindis, los besos y los abrazos agarré el teléfono. Había pocos mensajes comparando con otras veces, pero yo tampoco había mandado nada a nadie. Pero hubo uno, que me hizo sonreir. "Feliz Nochebuena y Feliz Navidad! Que el Niño Jesus nazca en nuestros corazones! Un abrazo enorme." Un abrazo enorme ... esa expresión siempre me sonó a que se la dicen entre hombres, pero me la estaba diciendo ella a mi. Dejé el celular en la mesa y me quedé pensando en esas palabras. Quería tanto un abrazo suyo, pero solo lo recibía escrito. Pero entonces mi abuela se me acercó y me abrazó con todo el amor del mundo. Fuerte, fuerte. Me dijo palabras hermosas que me provocaron un nudo en la garganta. Y me quedé abrazándola. Entonces me di cuenta, que no hay nada como los abrazos de mi abuela, los de mi mamá, los de mi familia. Entendí que son ellos los que me abrazan, los que me quieren, los que me dicen cosas hermosas, mientras al resto le cuesta contestar un mensaje, mientras el resto manda abrazos escritos. Tenía a Celine abajo del arbol, en cierta forma no como la había pedido de verdad. Tenía a los que más quiero, a los que necesito al lado mio. Tenía a mis amigos en el corazón. No necesitaba abrazos que no quieren ser dados, no necesitaba miles de mensajes de felicidades, no necesitaba grandes regalos. No necesitaba ningún Papa Noel para creer, porque juntos hicimos la magia realidad.
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