7.12.11

Let the clouds that bring you down, just fade away.

El clima estaba completa y totalmente en contra mío. Era uno de esos días grises, fríos y lluviosos, en los que no se puede salir sin volver empapado, por lo que uno siempre opta por quedarse en la cama, viendo películas y comiendo exageradamente, recordando días mejores. Mi ánimo acompañaba al de la ciudad: triste, gris y desanimada. Pero no dejé que un poco de lluvia me venciera, salí a encontrarme con una de mis mejores amigas, y desayunamos con muchas calorías, en el medio de la perfecta combinación de libros nuevos y CDs. Volvimos mojadas, como era de esperarse, y como todos quieren hacer en días como ese, nos metimos en la cama a ver nuestra película preferida, juntas. Mi mundo estaba lleno de colores de nuevo. Cuando me quedé sin compañía, empecé a tener esas charlas interesantes con gente que hacía años que no las tenía. Y conseguí, por fin, ver ese capítulo de Sex and The City que no conseguía ver, sin subtitulos y con increíble calidad. Una de esas charlas profundas no me hizo sentir bien, pero sirvió para recordarme como había llegado hasta aquí, lo feliz que era y que no debía dejar que un par de recuerdos dañaran esa felicidad. Otra vez mojada, recibí a la mejor compañía de todas, con quiénes me reí por horas, una y otra y otra vez, olvidándonos de la lluvia que caía sin parar hasta que volvimos a salir a la calle. Agarré mi cuaderno negro con colorcitos, ese de tapa tan original, y volví a escribir como el verano pasado, esta vez con una idea más clara en mente. Después de leer las dos hojas que había escrito, pensaba que mi profesora de lengua tenía razón: después de leer a tantos genios, lo nuestro da verguenza. "Tenés todo el tiempo del mundo para ser un genio!"
Venciendo al clima, me di cuenta que tengo gente que me quiere, estoy rodeada de amigos que me acompañan y con los que vivo momentos únicos. Tengo la mejor familia de todas, con una locura particular, pero la mejor al fin y al cabo. Y para completar, tengo un blog, que a pesar de todas las veces que le soy infiel, sigue abierto a mi, esperando que escriba algo.

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