No hay palabras para explicar lo feliz que me hizo descubrir que seguíamos siendo nosotras. Lo feliz que me hizo tu abrazo, tu risa, que vuelvas a contarme tus cosas y a escuchar las mías. Gracias, por ser tan increíble, por quererme a pesar de todo, por estas 48 horas juntas que hicieron que me de cuenta lo mucho que te extrañé y necesité todo este tiempo. Prometo, no alejarme nunca más, ser esa mejor amiga que te merecés, la mejor madrina de tus hijos, acompañarte en todos los problemas y tu compañera en todos los crímenes. Me hacés muy feliz. Gracias. No tengo palabras, para expresarte lo bien que me sentí, que me siento.
Lo único que necesitábamos era hacer a un lado el orgullo, los enojos, pedir perdón y volver a compartir, para darnos cuenta, que nunca nos fuimos, que seguimos estando aquí. Que así sea, por muchos años más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario