26.8.13

La otra


El doctor, agotado por el largo día de trabajo, cruzó la puerta de su casa y sonrió al ver a su esposa; la cual, de cuclillas en el suelo, se sorprendió al oír la puerta abrirse y soltó abruptamente lo que con esfuerzo sostenían sus manos. Largos cabellos marrones, que contrastaban con los de ella, cayeron al piso, provocando un ruido estremecedor. El cuerpo pálido e inerte de su ex mujer yacía a los pies de la actual.

El rostro del doctor palideció y buscó en los ojos verdes de la mujer con la que recientemente se había casado alguna respuesta.


-              Me sentí tantas veces comparada con su fantasma, que decidí convertirla en uno…

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