1.4.16

Saudade

Acomodaba cosas, separando un gran porcentaje para tirar, donar o vender. Lo hacía por lo menos una vez al año, para dejar ir cosas, convencida que uno no puede vivir de recuerdos. Evitaba leer los papeles y abrir los libros, porque sabía que adentro encontraría un alud de memorias y sentimientos que le pediría que los guardase otra vez más.
Algo en el cuaderno rojo le hizo abrirlo. Y ahí estaba. Una hoja doblada por la mitad, cuyo contenido no tenía ya ningún significado relevante. Y ahí en el margen superior izquierdo, un "te re quiero" en esa letra tan conocida y querida.
Ya no producía ni un tercio de lo que antes hubiera sentido. Pero la invadió una pequeña nostalgia, casi tierna. Nunca pensó que ese cariño y admiración tan intensa dejarían de ser tales. Sonrió, al darse cuenta que no era más que uno de esos recuerdos que llenan de alegría y ternura, pero sin ser más que eso, una memoria dulce de un tiempo lejano.

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