17.12.10

Denme pastillas para no soñar

Era una casa rara. Cuartos raros. No sé por qué estábamos ahí, ni que hacíamos, ni quienes más estaban. Me acuerdo que estabas vos y que estaba yo también. Pretendía escribir temprano, justamente para que no me pase lo que me pasa ahora: haberme olvidado. No me acuerdo bien que hacíamos. Tengo la sensación de que veíamos unas fotos, cocinabas, comíamos. Me desperté con la sensación de un sueño feliz, de que había estado riendo. Pero cuando noté que abrazaba la almohada me acordé de algo que me hizo querer seguir durmiendo, incluso cuando sabía que ya era tarde. Cerré los ojos bien fuertes y me acordé. Estaba parada a tu costado, abrazándote por la cintura, como siempre que te abrazo. Y decías algo que me hacía apretar mis brazos, abrazarte mas fuerte. Y me sostenías como siempre, bien fuerte. Ibamos caminando así, abrazadas, una al lado de la otra. Abrí los ojos. Me odiaba por haberme despertado. Los volví a cerrar, y no se si lo soñé o lo imaginé. Pero me agarrabas la cabeza con una de tus manos y me besabas el pelo. Te abrazaba mas fuerte y te soltaba. Estaba feliz, lo sentía como si hubiera sido real. Pero ahora nisiquiera sé si lo soñé enserio o solo lo imaginé. Pero me abrazabas, te abrazaba. Como hacía mucho tiempo. Como hace mucho quiero hacerlo. Lo que daría por un abrazo así, por un abrazo tuyo. Pero que sea real, no un sueño como vienen siendo. Necesito pastillas para no soñar, porque los sueños se volvieron un misterio muy misterioso que no logro entender. Pero quiero que me abraces como solo vos sabés hacerlo. Porque tus abrazos tienen algo, algo único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario