24.7.12

Seré en tu memoria como un libro prohibido, esos que nadie confiesa haber leído.




Trato de concentrarme en el manual que tengo entre las manos, pero no hago otra cosa que pensar que fuiste vos quien lo escribió. Las palabras son tan tuyas que puedo imaginarte diciéndolas, explicándomelas. Te veo sentado al frente mio, con tus lentes, hablando como todo un diplomático, usando vocablos complejos para parecer más intelectual. Veo tus manos moverse sobre el escritorio, hojeando los libros, anotando datos en las esquinas de mis cuadernos. Te escucho, invitándome a sentarme en tus piernas, mientras me leés frases que pensás puedo usar en los discursos mientras me acariciás la espalda. Y cuando abro los ojos, me doy cuenta que estoy sola en la habitación, anotando datos en la esquina de mis cuadernos, leyendo palabras tuyas, con mis lentes, como toda una diplomática, usando vocablos complejos para parecer más intelectual; tratando de concentrarme. Pero no puedo hacerlo por más de dos minutos, porque sos en lo único que puedo pensar, lo único que me interesa. Te extraño y me siento sola si no estás conmigo.

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